Cáncer de vejiga

Es uno de los cánceres más frecuentes en hombres, junto al cáncer de próstata, colon y pulmón. Consiste en una degeneración maligna de las células del urotelio (capa mucosa que reviste el interior de las vías urinarias) de la vejiga urinaria. Se distinguen dos grandes grupos, según afecten o no al músculo detrusor que contrae la vejiga.

Los no músculo invasivos se caracterizan por su gran tendencia e recidivar (volver a salir en otra localización de la vejiga), que puede llegar al 70% de los casos. Se tratan mediante cirugía endoscópica (RTU) y se previenen mediante instilaciones endovesicales profilácticas con quimioterápicos (Mitomicina C) o inmunoterápicos (BCG).

Los músculos invasivos precisan de tratamientos más agresivos: extirpación de la vejiga (cistectomía radical), Radioterapia o Quimioterapia). La extirpación de la vejiga obliga a realizar una derivación urinaria, normalmente con intestino. En casos indicados se puede construir una nueva vejiga con intestino. La derivación suele ser cómoda y no merma de forma importante la calidad de vida

Al igual que el cáncer de vía urinaria superior, su causa principal es el tabaco, y se suele detectar a partir de un sangrado de orina (hematuria), habitualmente indoloro.

Para su diagnóstico se utilizan varias técnicas, tanto analíticas (citología urinaria), como de imagen (ecografía, urografía intravenosa, TAC) o invasivas (cistoscopia).

Cistitis

Cistitis significa vejiga inflamada. La vejiga aparece con su fina mucosa (urotelio) edematosa y rojiza. La causa más frecuente es la infección de orina por bacterias, habitualmente procedentes de l colon.

Es mucho más frecuente en las mujeres y su incidencia aumenta con la edad. En el varón suelen presentarse en edad avanzada, debido al insuficiente vaciado vesical por el crecimiento prostático.

Clínicamente se caracterizan por dolor al orinar, aumento de la frecuencia miccional, insatisfacción después de haber terminado de orinar, sangrado.

Su tratamiento es tanto higiénico (aumento de la ingesta de agua, cambios en los hábitos de limpieza…) como médico (antibioterapia, arándanos y autovacunas). A veces son necesarios tratamientos supresivos-preventivos de meses.

Incontinencia de orina

Consiste en el escape de orina de forma involuntaria. Ocurre sobre todo en mujeres con debilidad del suelo pélvico, bien por predisposición o por factores que han debilitado los músculos del suelo pélvico, como partos múltiples o complicados, obesidad, cirugía abdominal o estados de malnutrición. Las mujeres están especialmente predispuestas por la configuración anatómica de la uretra femenina.

Inestabilidad vesical

Función patológica de la vejiga caracterizada por su exceso de funcionamiento. El músculo detrusor de la vejiga se contrae de forma involuntaria y provoca frecuencia y urgencia miccional, casi siempre con incontinencia de orina. La causa es desconocida y no hay alteraciones neurológicas en el paciente. Se diagnostica con un estudio urodinámico y se trata con medicamentos anticolinérgicos.

Retención de orina

En urología se utiliza esta expresión para denominar a la retención completa de orina en la vejiga. Se trata de una situación en la que el paciente es incapaz de vaciar su vejiga. Si es de carácter agudo (brusco) el paciente siente una sensación cada vez más intensa de orinar, sin conseguir iniciar la micción. El dolor y la afectación general son habituales hasta que la situación es resuelta de forma urgente con un sondaje. La retención de orina crónica pasa inadvertida al paciente y se manifiesta con insuficiencia renal. La causa más frecuente son las enfermedades de la próstata, como la Hiperplasia Benigna de Próstata (HBP).

Vejiga neurógena

Enfermedad consistente en la función excesiva de la vejiga en lo concerniente a su fase de llenado. Normalmente la vejiga se llena hasta una determinada capacidad sin aumentar la presión. Esta sólo aumenta en el momento de la micción. En la vejiga neurógena la presión aumenta antes de que la vejiga esté llena provocando urgencia y frecuencia miccional. Por ello suele haber incontinencia de orina. En casos graves la presión puede subir mucho y dañar los riñones. El tratamiento es con fármacos anticolinérgicos, pero en casos grave suele ser necesaria la cirugía.